Especialidad gastronómica de Niza y la Costa Azul francesa, así como también es conocida en la región italiana de Liguria. ¿Lo habéis probado alguna vez? Yo no soy muy amante de las anchoas, pero os aseguro que en combinación con la cebolla dulce y las olivas, el efecto es espectacular. Se trata de una especie de coca de masa de pan con mucha cebolla frita, anchoas y olivas verdes o negras. Es un plato fantástico para pick-nick o como entrante, tapa o simple cena acompañada de una ensalada. Desde que descubrí Pissaladière, la hago en casa de tanto en cuanto y nos la comemos muy a gusto con un vinito blanco o tinto. Os invito a probarla!
Ingredientes (para 6 personas):
- para el relleno:
- 1, 5 kg de cebolla roja dulce
- 2 cucharas de vinagre balsámico
- 2 cucharas de azúcar
- 1 latita o bote pequeño de anchoas
- unas cuantas aceitunas verdes o negras deshuesadas cortadas por la mitad
- sal, aceite de oliva, pimienta
- para la masa de pan:
- 1 sobre de levadura de panadería
- 1 vaso lleno de agua templada
- 1/2 de cucharilla de sal
- 1 cuchara de aceite de oliva
- alrededor de 2 vasos de harina
Lo primero es preparar la masa de pan. Eso lleva tiempo, y si no lo tenéis o no os apetece esperar, podéis usar la masa de hojaldre preparada que también sirve perfectamente, aunque la receta original es con masa de pan.
En un bol grande ponemos el agua templada, deshacemos en ella la sal y la levadura. Añadimos el aceite de oliva, mezclamos bien y vamos añadiendo la harina y removiendo al mismo tiempo hasta que la masa sea muy espesa y no se pegue a las manos.
La tapamos con un paño limpio y la dejamos en un lugar sin corrientes durante 1 hora y media, para que fermente y suba. Si vais mal de tiempo, hay un truco para que la masa suba antes. Ponedla en el horno a 40-50ºC unos 15-20 minutos, pero vigilad que no se haga, sino que solamente crezca.
Mientras dejamos reposar la masa, preparamos el relleno. Para ello pelamos y cortamos en juliana todas las cebollas.
Las freimos en aceite de oliva a fuego lento hasta que queden transparentes y doraditas. 
En ese momento añadimos sal y pimienta, el azúcar y el vinagre. Removemos bien y dejamos que se haga unos minutos mas. Luego apagamos el fuego.
Cuando la masa esté lista y haya aumentado de volumen al menos 2 veces, la sacamos del bol sobre las superfície de trabajo enharinada. 
La amasamos un poco y la estiramos con un rodillo hasta darle forma. Tendría que ser bastante fina, como una coca, pero a nosotros nos gusta un poco más gruesa, como la pizza. Puede ser redonda o rectangular, como más os guste. La pasamos a la bandeja de horno o al molde de pizza engrasado con aceite, y la acomodamos ahí. A continuación repartimos la cebolla encima hasta tapar toda la superfície. Sacamos las anchoas del bote y las colocamos en lineas formando una rejilla. Ponemos las mitades de las olivas en los cuadritos resultantes. 
Si os gustan las hierbas provenzales, podéis espolvorear la pissaladière un poco con ellas. Casan muy bien con estos sabores. A continuación metemos la coca en el horno precalentado a 180ºC y la horneamos hasta que se haga la masa (unos 15-20 minutos).
Una vez hecha, la sacamos del horno y la servimos inmediatamente, aunque está muy buena fría también. Es cierto que la combinación de sabores es un poco especial, pero si os gusta la cebolla (aunque no seais muy fans de la anchoa), merece la pena probarla. Sorprenderos!!!
Bon appétit!
